Cuando era un pequeño, fue ingresado a un tradicional baño de temazcal, la primera prueba para conocer y entender su destino. El reto era soportar en el baño citado el vapor y calor emitido por piedras calientes previamente preparadas al interior del temazcal. Si el pequeño lloraba, era retirado al momento y su destino sería el campo, la alfarería u otra actividad humana. Si el pequeño permanecía estable, sin titubeos y soportando el calor, indiscutiblemente el destino sería el de sus abuelos y padres: el misterioso, enigmático e interesante mundo de la sanación.
Al paso del tiempo, Huitzi fue instruido en las diversas técnicas ancestrales zapotecas de curación espiritual, todo en un ambiente natural , manejando los diversos elementos que conforman el mundo y el origen de la existencia: Tierra, Fuego, Aire y Agua. Con una fuerte intensidad de creencia y de confianza en la madre tierra, éste Nagual se adentró en las profundidades de la vida, del alma y ahora, en este nuevo siglo está dedicado a la sanación espiritual a través de la consciencia y del espíritu, que de acuerdo a sus palabras e ideas, es allí donde surge todo y se comprende la vida, en el alma, en la energía que envuelve al ser humano.
Pregúntate que has hecho por tu vida y por el mundo…